En este trabajo exploramos algunos de los efectos que han tenido los años del gobierno de la coalición Cambiemos en las políticas de la memoria sobre el terrorismo de Estado en Argentina. Partiremos de un breve recorrido por ciertos gestos, iniciativas y discursos gubernamentales que han dado lugar a fuertes debates en la arena pública sobre el pasado reciente y que, a la vez, han mostrado cómo las políticas de la memoria -en su larga constitución histórica y reciente institucionalización con los gobiernos kirchneristas- han tenido efectos estructurantes en la relación de la sociedad civil con dicho pasado. Nos preguntamos, de qué manera las políticas de Cambiemos y los debates suscitados reconfiguraron el espacio de lo decible sobre el pasado, y, particularmente qué voces y discursos encontraron lugar en ellos. La vía de entrada a la indagación de estos interrogantes que proponemos en esta ponencia es el análisis de una serie de encuentros y escritos producidos por periodistas, académicos, intelectuales y políticxs que se nuclearon, durante la gestión macrista, en un colectivo heterogéneo -pero de marcado corte activista contrario al kirchnerismo- llamado La Mesa de discusión sobre derechos humanos, democracia y sociedad.
La idea del escrito es explorar los puntos sobresalientes que promovió La Mesa como pensamiento sobre las políticas de la memoria y aquellos momentos de la controversia política en los que la retórica macrista balbuceante entre los dos demonios y la negación de los crímenes de lesa humanidad (“el curro de los derechos humanos”) pusieron en evidencia discrepancias y disidencias tanto internamente como respecto de las políticas que tomaron como objeto de crítica. En ese sentido, trataremos de enriquecer la rastreabilidad genealógica de las intervenciones de este colectivo y ponerlas en relación con las políticas de negación, las ambigüedades, las arremetidas y las contramarchas de un gobierno que intento intervenir en el campo de los derechos humanos y confrontar con el movimiento civil que lo robusteció pero no pudo consolidar una propuesta orgánica y una retórica propia -más allá del espanto del sentido común- con pregnancia política e institucional respecto del pasado reciente.