Ya desde fines del siglo pasado algunos autores habían observado diferencias en el grosor de los tallos, altura de las plantas y forma y tamaño de las hojas en plantas diclino dioicas, pero la mayoría de las investigaciones fueron dedicadas a hallar reacciones químicas que permitieran identificar prematuramente el sexo, otras a buscar diferencias químicas cuantitativas, como también muchos autores se dedicaron a estudios genéticos.
Evidentemente las diferencias obtenidas entre las plantas y masculinas, por los distintos investigadores, se tenían que manifestar en un dimorfismo sexual. Efectivamente, en las plantas dioicas se han observado diferencias exomorfológicas según sean individuos masculinos o femeninos.
En esta contribución se estudiaron estas plantas desde un punto de vista filogenético, considerándose desde las menos evolucionadas, Ginkgoaceas, hasta las mas evolucionadas, Gramíneas. También se hicieron observaciones en distintos ambientes, eliminándose así las posibles diferencias debidas a las condiciones del medio, considerándose ejemplares silvestres y cultivados en distintos climas.