Este trabajo se desprende de una indagación etnográfica colectiva realizada en la Sexpo Erótica de la ciudad de Córdoba, durante las ediciones 2015 a 2019. La SexpoErótica, que cumplió 15 años este 2021, excede la idea de “Expo” entendida como una feria de exposición y venta de objetos para convertirse en una celebración (Turner, 1982) de lo que desde la organización llaman sexualidad, sensualidad y placeres. La Sexpo cuenta con espectáculos simultáneos de pole dance, striptease, stand up, teatro, juegos, espacios BDSM y swinger, charlas y talleres sobre técnicas sexuales, masajes eróticos o seducción, y suele cerrar sus noches con la actuación de algún DJ local o una fiesta reconocida en la ciudad llamada la fiesta Limbo Pop. La Sexpo se analiza, aquí, como performance (Schechner, 2000), es decir, como situación activa, proceso continuo y turbulento de transformación que cuenta con una sucesión de momentos/espacios experienciales que, valiéndose de tecnologías cinestésicas, visuales, sonoras, lúdicas, pedagógicas, entretienen tanto como producen performativamente cuerpos y erotismos. Las diversas actividades que propone la Sexpo funcionan como actos de transferencia de técnicas corporales, de repertorios sexuales tanto como de sentidos referidos a aquello que es posible, vivible y deseable en términos eróticos. En este sentido, las preguntas que guían esta indagación se enfocan en los modos de producción y gestión de cuerpos y erotismos en esta celebración situada de la ciudad de Córdoba: ¿qué cuerpos y qué erotismos produce la Sexpo?, ¿cómo lo hace?, ¿importan algunos cuerpos más que otros?, ¿cómo se gestionan, allí, la excitación, la eyaculación, el orgasmo y el placer –materias primas del proceso de producción farmacopornográfico contemporáneo–?, ¿qué modos de pedagogización y optimización de los cuerpos se establecen en la Sexpo?