La inundación de la ciudad de La Plata en el año 2013 produjo pérdidas materiales por el valor de 500 millones de dólares; afectó a más del 55% de la población del partido, tuvo como consecuencias, 70.000 viviendas inundadas y un saldo de 89 muertos reconocidos por la justicia. Entre las víctimas fatales se encontraban tanto habitantes de los barrios periféricos como del casco urbano de la ciudad: comerciantes, empleados y profesionales. Tanto el Estado Nacional y Provincial como municipal se vieron sorprendidos por lo inesperado del evento y su magnitud; en los días siguientes fueron ejecutando medidas de ayuda material primero y económica después para los afectados.
En este trabajo presento por un lado las formas de ayuda desplegadas desde el Estado mostrando los conflictos y tensiones que generó ese reparto entre los propios damnificados. En un segundo momento reconstruyo el clima de sospecha y desconfianza que por distintas situaciones se fue creando entre los damnificados en relación a la ayuda recibida. El escenario desplegado es el de una multiplicidad de significados en torno a la ayuda y el accionar del Estado, así como las vicisitudes que debieron enfrentar quienes la solicitaban.
A través de entrevistas a miembros de distintas agrupaciones de inundados y recopilación de fuentes periodísticas recupero los diagnósticos de los propios actores en relación al accionar del Estado durante y luego de la inundación. Uno de los principios generadores de prácticas será la sospecha en torno a la asignación de la ayuda así como quien la recibió.