Las “colecciones de restos humanos” de origen arqueológico han sido los objetos fundantes y preciados de museos de pertenencia pública o privada, nacionales o universitarios, desde fines del siglo XIX. Su conformación como “colecciones”, su gestión, y las prácticas de conservación y exhibición se han visto moldeadas por las teorías y metodologías de distintos paradigmas disciplinarios, afectando su integridad física y la información contextual respecto a su procedencia, colectores y materialidades asociadas. Este vacío de información y las distintas intervenciones a las que han sido sometidos contribuyeron al proceso de objetivación, de deshumanización, que se intenta revertir desde los nuevos paradigmas de la antropología.
Estos cambios no sólo fueron en el campo disciplinar, si no también sociales y de política estatal. En Córdoba, desde fines de 1990 comenzó un proceso de visibilización de los pueblos indígenas, seguido de procesos de comunalización, demandas de gestión de personería jurídica y surgimiento de nuevas comunidades con reclamos vinculados a territorios y cuestiones ambientales.
Así, tomando como caso la experiencia de los últimos 20 años en Córdoba, y en particular, la RMA, nos interesa discutir estas cuestiones y presentar la estrategia de trabajo desarrollada en pos de la puesta en valor de estos restos, desde distintas perspectivas (éticas, etnográficas, de conservación, de gestión, de documentación, estudios de público, de investigación). En particular, reflexionar sobre el valor de estrategias multidisciplinares que integran la investigación bioantropológica y de la antropología social de las colecciones, con el trabajo en archivos y acervos documentales, y las entrevistas a quienes contribuyeron, de manera directa o no, a la conformación de estas “colecciones”. De esta investigación son parte los miembros de los pueblos indígenas de Córdoba así como los colectores de museos locales e investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba. Estas estrategias permitirán conocer los modos de hacer antropología, histórica y geográficamente situados.
Finalmente, como parte de esta puesta en valor, discutir sobre el concepto de “colección” que aun hoy acompaña a estas materialidades, y repensar su denominación como restos sensibles, atendiendo a las connotaciones éticas y simbólicas que poseen para las comunidades originarias de distintas regiones del país.