Nos proponemos reflexionar sobre una práctica, relatando la experiencia de creación de un catálogo virtual de un repertorio de fotografías de la colección del Departamento Científico de Etnografía del Museo de Ciencias Naturales, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata.
La colección completa de fotografías son las que he tomado a lo largo de 20 años en mis trabajos de campo de la "Fiesta de la Quema de Muñecos de Fin de Año”, que se realiza en dicha ciudad. He seleccionado las de los últimos años para exhibirlas y compartirlas virtualmente en una página de la red social facebook, para abrir el trabajo de campo participativamente con los actores involucrados. Dado que, en la arena global se ha diluido, el privilegio que una vez ha ostentado el mensaje monolítico del mundo museístico, para hablar en representación de los actores de las culturas lejanas o populares. Concomitantemente con la reflexión antropológica, que también ha experimentado un quiebre en la división entre «observadores» y «observados» (Herzfeld, 1997). Y pudiendo, así, de este modo, incorporar a las nuevas voces, que en otras latitudes, han sido particularmente incisivas en los cambios en la cultura pública, la historia del arte, la antropología y los museos. (Price, 2014) Han sido las mejores oportunidades educativas y las nuevas tecnologías de comunicación lo que ha posibilitado a las personas, cuyas costumbres y tradiciones estaban caracterizadas en las exhibiciones de museos etnográficos, estén cada vez mejor posicionadas para explicar su historia, sus prácticas culturales o sus tradiciones en su propia manera, sin tener que pasar siempre a través de la intervención de interlocutores "ilustrados". Un instrumento fundamental para este giro activista fue la creación de «entornos vivos», en los que irrumpen los nuevos actores juveniles de las diversas dimensiones de la cultura popular urbana, todo lo cual desplaza muy lejos el concepto de museo con una identidad de una institución como la del "museo tradicional" en sus orígenes a finales del siglo XIX. Descentralizando así, la autoridad etnográfica, para pasar a interrogarnos sobre las bases éticas, filosóficas, jurídicas y políticas tanto de las colecciones museísticas, cómo de las estrategias antropológicas, entre otras cuestiones.