Se busca analizar la formación y/o consolidación de los “intereses locales” en la sociedad rioplatense de Antiguo Régimen, durante la segunda mitad del siglo XVIII, a través del seguimiento del accionar de comerciantes y hacendados en relación al cabildo porteño y a la creación de espacios institucionales propios tendientes a salvaguardar sus intereses sectoriales tanto ante el avance de la Corona como ante el crecimiento de intereses encontrados entre comerciantes y hacendados.
No hay motivo alguno de asombro al observar que los intereses vinculados a la explotación pecuaria encontraron desde siempre en el cabildo un espacio institucional apto para canalizar sus aspiraciones. Sin embargo, en 1775 los hacendados sintieron la necesidad de crear un Gremio. Tampoco resulta asombroso constatar que a los comerciantes no les era útil el cabildo (a no ser en lo relacionado con el mercado local, que no era la principal preocupación de quienes podían aspirar a participar en el cabildo). Por ello buscaron, de modo inorgánico desde la primera mitad del siglo XVIII, y de modo orgánico desde 1779, canalizar sus demandas colectivas a través de espacios institucionales propios y adaptados a sus objetivos y problemáticas.
El Gremio de Hacendados nunca fue formalmente reconocido por la Corona, aunque sí lo fue por sus representantes en Buenos Aires. Los comerciantes obtuvieron su Consulado en 1794, pero lo disfrutaron poco. En 1797 la Corona establece que los Hacendados formarían parte de él y que ambos gremios se alternarían en la conducción de la entidad, que de hecho dejó de ser un consulado de comercio para pasar a representar los intereses locales vinculados tanto al comercio como a la producción.
Pensamos que el seguimiento del accionar de estos cuerpos en formación, y de las motivaciones de quienes los animaban, nos permitirá avanzar en el conocimiento de las transformaciones de la sociedad local a fines del siglo XVIII y sus relaciones con la Corona, que está cambiando al mismo tiempo que ellos.