El presente trabajo pretende construir y visibilizar algunos vínculos posibles entre Salud Mental Comunitaria y Pedagogías Críticas, en pos de elaborar una urdimbre epistémico-política desde la cual aportar a las Ciencias Sociales y al pluralismo epistemológico. Para ello, tomo como anclaje tanto el marco conceptual de la Salud Mental como el marco teórico de las Pedagogías Críticas. Comprendo a la salud como un derecho humano, que a su vez abarca el derecho al trabajo, el derecho a la educación, a una vida digna, a una vivienda, etc. Asimismo, comprendo a la educación como un derecho y en tanto acto político, según el planteo de Paulo Freire, Henry Giroux, Peter McLaren, y Pedro Enriquez. Uno de los sentidos desde los cuales es posible comprender a la Salud Mental Comunitaria es pretender y contribuir a ésta en tanto campo pluridisciplinar en constante construcción, con la posibilidad de estructurarla a partir de prácticas, saberes, reflexiones y articulaciones desde un enfoque integral/integrador del ser humano, en consonancia con la perspectiva de derechos. Algunos vínculos posibles entre Salud Mental y Pedagogías Críticas son: 1) La preponderancia de una perspectiva no positivista en la construcción de conocimiento. 2) Hegemonía y contrahegemonía en prácticas de salud y educación. 3) La construcción colectiva del conocimiento. 4) La importancia otorgada al tejido comunitario y los vínculos. Es así como en este trabajo se aborda y desarrolla, por ejemplo, la noción de hegemonía y contrahegemonía y se analiza la existencia del positivismo que penetra y atraviesa hegemónicamente tanto el campo de la salud como el de la educación, a la vez que se propone en contraposición los saberes y prácticas de la Salud Mental y las Pedagogías Críticas.