Mi propuesta no parte solo de pensar el horizonte político y disciplinar para los abordajes en Salud Mental en Argentina durante los últimos años, sino pesquisar mediante el análisis discursivo y de las gestiones en políticas públicas durante 2015-2018, qué tanto novedoso realmente son tales lineamientos, dado que pareciera ser una insidiosa reedición bio-política de un viejo conocido en nuestra historia profesional y política local: el positivismo.