¿A quién reclamar la propiedad intelectual cuando no está acreditada en un registro demostrativo y se manifiesta como un recurso invisible, si se pretende haberla conseguido por autogeneración? Esta es la gran incógnita de los interesados en hacer más reales los activos intangibles en los balances, que creen en su afirmación nutrida de la buena relación con el entorno de empleados, de proveedores, de clientes y se fortalecen en un inteligente desarrollo de la responsabilidad social empresarial, cuando comportan, solamente, recursos a los que se acude, pero es imposible aprehender y darles pertenencia y permanencia.