Sabido es que la expresión "ley natural" se usa en la literatura científico-filosófica con diversos sentidos, todos los cuales se hallan más o menos emparentados entre sí. En este artículo trato de caracterizar el concepto de ley natural en cuanto pauta del comportamiento de la naturaleza, por oposición al de ley natural en cuanto enunciado válido en el contexto de una teoría. La pregunta que me formulo es: "¿Qué aspecto tendría una ley que describiera el comportamiento real del universo?" Como se ve, es una pregunta que tiene una indudable componente ontológica. Pero también se ve que no es la versión más ontológica posible del problema de las leyes naturales. En efecto: el sentido ontológico más fuerte es el que concibe una ley natural como una entidad de existencia real en el universo, independientemente de toda formulación lingüística; una ley natural sería, según esta visión de las cosas, algo real que se manifestaría en el devenir de lo real: una necesidad inmanente, una fuerza concreta, un designio inscrito en la materia. Sin dejar de reconocer el alto valor especulativo y metafísico de este problema ontológico en sentido fuerte, no me ocuparé de él en este artículo. Resta un problema ontológico en sentido débil: aun admitiendo que una leyes un simple enunciado, es decir, una cierta entidad lingüística, ¿qué aspecto lógico-semántico-gramatical debe tener un enunciado para merecer que se lo califique como ley que describe el comportamiento del universo?