Durante los pocos meses que permanecí en los Estados Unídes, en jira de estudio, dediqué la mayor parte de mi tiempo á observar de cerca los diversos procedimientos utilizados por las grandes casas de Armour, Swift, Libby’s, Nelson, Morris y Cª, etc., de Chicago, San José, Omaha, Kansas City y Saint Louis, para la conservación de carnes de las diversas especies animales, particularmente del cerdo, y por ende las otras industrias derivadas que, como la fabricación de abonos, grasa, sebo, amoniaco, etc., contituyen importantes ramos comerciales. He creído útil dar á conocer los apuntes que poseo sobre estos asuntos, por si tuviesen algún valor para nuestros establecimientos de matanza que, como los frigoríficos, pongo por caso, aún no han llegado a realizar de tan perfecta manera el aprovechamiento de los residuos de la playa, quizá por que nuestras tierra vírgenes no demandan materias fertilizantes ó bien por razones económicas que se nos escapan.