El estiércol difiere esencialmente de todos los abonos del comercio, que en mayores o menores cantidades, adquieren los cultivadores hábiles; aportan un elemento indispensable para mantener la fertilidad, que es el humus. Contiene sin duda otras materias fertilizantes de un alto valor: ázoe, casi 5 kilos por tonelada, potasa en la misma cantidad, ácido fosfórico en menor proporción, puesto que una tonelada de estiércol no contiene arriba de 3 kilos; pero lo que le da un valor muy particular y que impide reemplazarlo ni por el nitrato de soda, ni por los superfosfatos, ni por las sales de potasa, es que una gran parte de su ázoe está encerrado en esta combinación compleja designada con el nombre de humus.