En la Sociedad del Conocimiento pareciera que todos estamos condenados a innovar.
¿Se puede pensar en la innovación como acción individual que acontece por fuera o separada de la educación formal? Si. La historia mundial, regional y aldeana nos demuestra que hay personas especialmente dotadas de condiciones físicas, emocionales, racionales, sociales y espirituales que devienen en grandes innovadores, sin necesidad de transitar estudios formales, tan solo construyendo sus conocimientos como autodidactas y apelando a todo tipo de aprendizajes informales, y esto se muestra evidente antes y después del surgimiento de Internet. Sin embargo, una sociedad no puede pensar en alcanzar la necesaria innovación en estos términos, ciertamente aleatorios y extemporáneos, de esperar la aparición de estas personas excepcionalmente dotadas.
Entonces, ¿quién dotará a todas las personas del necesario ADN innovador y les ofrecerá las competencias necesarias para desarrollarlo, preservando la equidad en las oportunidades de acceso al conocimiento y a su buen uso, si no lo hace la Educación?