A fines de la segunda década del siglo XXI, no parece innovador decir que los docentes tenemos grandes desafíos a la hora de enseñar en un aula repleta de alumnos que tienen necesidades, expectativas y motivaciones distintas a las que tenían los de veinte, diez e incluso cinco años atrás.
Carter (2016) explica que la Generación Z (aquellos niños y adolescentes nacidos después del 2000) es la primera en nacer dentro de la era digital. Esto implica no solo que han tenido contacto con dispositivos tecnológicos desde temprana edad, sino también que la inmediatez y el acceso constante a la información y al entretenimiento influyen en otros aspectos de su vida, como su capacidad de atención y sus distintos modos de aprender.