En Argentina los alimentos orgánicos se comercializan, tanto a nivel interno como externo, con un procesamiento mínimo (hortalizas, frutas, especias y carnes frescas o congeladas) o bien como productos industrializados básicos (harinas, aceites, lácteos, mermeladas y dulces). Resulta de interés por lo tanto desarrollar alimentos procesados, y más específicamente, platos preparados que incorporen materias primas orgánicas de manera tal de incrementar el valor agregado y capturar nuevos nichos de consumo. En este sentido se propone el desarrollo de “lasagna orgánica” ya que representa una comida preparada de alto valor agregado, los ingredientes básicos están disponible en su versión orgánica y permite la posterior conservación por congelación extendiendo su vida útil.