La opinión ha quedado definida (Rep. V, 477b. y subs.) como facultad intermedia entre dos extremos: la pura inteligencia y la ignorancia absoluta. Como tal facultad le corresponde también un objeto intermedio que se sitúa entre el ser y la nada. Su rol es aprehender las cosas que fluctúan entre esos dos extremos. En la República Platón hace referencia a la opinión en una acepción única; es la simple opinión, sin distinción de grados ni de formas. Está, como ha dicho J. Souilhé, "reservada al conocimiento de cierta categoría de objetos y a ciertos modos de conocimiento". Pero este sentido especial, tórnase más complejo en los otros diálogos.