Entendiendo a la educación como práctica social, resorte de la sociedad, podemos reflexionar respecto a los discursos que la atraviesan a los fines de lograr un análisis que nos posibilite habitar estas prácticas de modo más liberador. Ahora, si entendemos que el sujeto de aprendizaje es producto de la construcción que realiza el mismo estudiante en relación con los saberes, en el seno de un proceso de aprendizaje reflexivo, sin buscar reproducir estándares sociales, sino partiendo de la base de la idea de libertad de pensamiento y reflexión, tal vez, de ese modo, tanto la concepción de la educación como del sujeto de aprendizaje y el de enseñanza puedan ser analizados desde otra perspectiva más enriquecedora a los fines de la experiencia social liberadora.