El conjunto de procedimientos o recursos utilizados por los docentes mediante técnicas de enseñanza con el fin de alcanzar los objetivos de un aprendizaje significativo se conocen como estrategias didácticas. Las estrategias de evaluación forman parte del aprendizaje y son una herramienta que permite conocer de manera objetiva, mediante un juicio, si lo que se enseña se aprende. En los últimos años se han producido un sin número de cambios e innovaciones en la educación universitaria. Una de ellas es la implementación de otras formas de evaluación, como son diagnósticas y formativas, además de las sumativas. Es importante el papel de los estudiantes, ya que ellos deben participar de los procesos evaluativos, ya sea mediante autoevaluación, evaluación entre pares e incluso sugerencias con antelación de cómo quieren ser evaluados.
Actualmente, la evaluación en la universidad debe responder a preguntas sobre ¿Cómo sabemos que los estudiantes aprenden? ¿Desarrollan nuevas habilidades? ¿pueden autorregularse?, y no ejercer una función preponderante de control, selección y clasificación. Por todo esto, es necesario cambiar hacia una evaluación basada en las habilidades intelectuales de los estudiantes relacionadas con la comprensión, la aplicación y el razonamiento y no solamente en el dominio de conceptos, principios o leyes.