La organización sistemática de educadores y agrupaciones feministas consiguió en 2006 la sanción de la ley nacional 26.150 conocida por todes como ESI. En su texto, esta normativa garantiza que todos establecimientos educativos, de los tres niveles, brinden contenidos de educación sexual integral. Este avance se convirtió en una herramienta que ampara a docentes a brindar contenidos que problematizan la desigualdad de género, el libre ejercicio de la sexualidad, la diversidad y disidencia sexual. Con el tiempo, también se convirtió en una referencia para estudiantes, que de manera autodidacta se interesan por desnormalizar los libretos identitarios binarios que propone la escuela.
En este capítulo nos preguntamos por los modos en que el género y las sexualidades aparecen en las escuelas. Los silencios sobre ciertas temáticas, las violencias, las estrategias de contención, las afectividades, son dimensiones de la ESI que se ponen en juego en el territorio de lo escolar, pero no solamente dentro de un aula o en el marco de una clase.
Desarrollaremos en este capítulo algunos apuntes en relación al tema que hemos podido construir luego de un proceso de investigación llevado adelante por el Laboratorio de investigación en comunicación y género de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social. En este proyecto trabajamos recuperando los discursos que docentes y equipos directivos tienen en relación al género en la escuela, y también los discursos del estudiantado.