Un alimento funcional es aquel que por virtud de sus componentes activos, provee beneficios más allá de la nutrición básica; tiene un efecto positivo en la salud del individuo, en su rendimiento físico y en su bienestar mental. El consumo de fibra dietética produce efectos beneficiosos, siendo el valor recomendado de consumo de fibra de 25 a 30 gr. por día para adultos (Labell, 1990). Ciertas patologías como enfermedades coronarias, hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia y desórdenes gastrointestinales pueden desaparecer, atenuarse o prevenirse con la ingesta de fibra dietética (Saura Calixto y Larrauri, 1996).
Las fibras consisten en una gran variedad de sustancias, mayoritariamente polisacáridos complejos, algunos de los cuales se asocian con polifenoles incluyendo la lignina y proteinas. La mayor ingesta de fibras dietéticas proviene de la pared celular de frutas, vegetales, cereales y semillas. Las fibras pueden ser solubles o insolubles, siendo las insolubles las que se encuentra en mayor proporción (Meister, 1996; Vicario Romero y Troncoso González, 1997).
El objetivo de este trabajo fue desarrollar un yogur con fibra dietética que mantenga las propiedades organolépticas del ya existente en el mercado que no contiene fibra.