El consumo de tabaco a nivel mundial es conocido estadísticamente y se estima que en la actualidad afecta a un billón de personas. Aunque las campañas publicitarias han contribuido en la disminución en el hábito de fumar, éste se ha incrementado en poblaciones de individuos más jóvenes. Este hábito se inicia en la escuela primaria con un promedio de edad de 12 años sin distinción de género y condición social. Los niños y adolescentes conforman un mercado fácil de atraer para la industria del tabaco, ya que a menudo son influenciados fácilmente por programas de TV, películas, publicidad y por lo que sus compañeros hacen y dicen. Ellos no se dan cuenta de lo difícil que es dejar de consumir tabaco. Además, para los jóvenes enfrentarse a cáncer, enfisema, ceguera o impotencia no parecen ser preocupaciones reales.