Desde el nacimiento hasta la vejez, la edad y el género se pueden diagnosticar con gran aproximación mediante la observación de la forma y el estado de metamorfosis de los centros de osificación, la formación y erupción dental y la progresión en el cierre epifisial, como también, por la longitud de los huesos largos (Krogman, Iscan, 1986; Iscan et al., 1989; Ubelaker, 1989). En los métodos macroscópicos, las costillas esternales por su posición y función constituyen un sitio particular excelente para la observación de la metamorfosis durante la vida del individuo.