La Historia como disciplina curricular se introduce a nivel mundial en la enseñanza primaria y secundaria recién en el siglo XIX, concomitantemente con las necesidades de los estados que intentan definirse a sí mismos. En Argentina, la escuela pública, obligatoria, laica y gratuita fue uno de los principales actores en pos de la construcción de una identidad nacional. En este sentido la difusión de la Historia tiene un impulso fundamental a partir de figuras que expresan una obvia intencionalidad política como Bartolomé Mitre y Vicente Fidel López pero que también incluyen cuestiones metodológicas.
Durante la gestión de Juan María Gutiérrez como rector de la Universidad de Buenos Aires se instituyó en 1865 el Departamento de Ciencias Exactas. El primer plan de estudios dividía los estudios en: Matemáticas Puras, Matemáticas Aplicadas, e Historia Natural. El título de arquitecto que se otorgaba a partir de 1877 correspondía a un título intermedio de la carrera de Ingeniería civil aunque en la mayoría de los casos era una certificación de estudios realizados en el exterior.
En 1881 se nacionaliza la Universidad de Buenos Aires y por decreto fue fundada la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas que en 1891 cambia su nombre por el de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Hasta la creación de la Escuela de Arquitectura en 1901, en la formación de los arquitectos no existía “Historia” como asignatura, dado que la carrera era hasta ese entonces un título intermedio. A lo sumo, en el primer curso de la materia “Arquitectura”, que cursaban tanto ingenieros como arquitectos, a cargo de Joaquín Belgrano, se incluye, en 1896 entre sus contenidos unas bolillas de Historia de la arquitectura y algo de Teoría.
Sólo es hasta 1901, cuando se intenta un giro Beaux Arts, es que “Historia” aparece específicamente en el plan de estudios. El profesor a cargo de la materia es el Ing. Arq. Pablo Hary, quien se desempeñará “ad honorem” durante cuatro años.
Sabemos que los planes de estudio de la carrera de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires se han modificado al ritmo de los vaivenes políticos, las transformaciones disciplinares, las novedades pedagógicas, las modas, las personas, etc. Muchos de estos cambios han sido superficiales, otros más profundos.
Es objeto de este trabajo dar cuenta cómo se constituyó la asignatura “Historia” en las primeras décadas del siglo veinte en la carrera de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.
Analizar los programas de las asignaturas, las temáticas desarrolladas -y las excluidas-, los marcos teóricos, la correspondencia o confrontación con los modelos legitimados por las revistas tanto nacionales como extranjeras, la perduración de ciertas prácticas, las tradiciones y las rupturas, nos han permitido entender cómo se construye una asignatura dentro de un plan de estudio.