Las historias de vida examinadas proceden de familias campesinas. Provenientes de Corrientes, estas familias migraron a Chaco para la cosecha del algodón durante las primeras décadas del siglo XX, y así fueron asentándose de manera definitiva mediante al acceso a tierra despoblada, dando lugar a lo que podría llamarse un proceso de “campesinización”. Esta cuestión me permitió considerar la existencia de memorias típicamente campesinas sobre el pasado reciente en el nordeste argentino, y elaborar una caracterización de los años de movilización social y violencia política en el campo chaqueño desde el punto de vista de sus protagonistas, es decir, no “contaminadas” por la mirada de la militancia urbana estudiantil, obrera o eclesial que efectivamente participó de la experiencia de las Ligas. En segundo lugar, todos los testimonios examinados en la presente investigación fueron vertidos en contextos grupales, y por ello, los sentidos que circulan en torno a este pasado se construyen en el diálogo, el intercambio de opiniones, la escucha, el silencio y el disenso. En el caso de las historias de vida, las evocaciones sobre el pasado reciente tuvieron lugar tanto en contextos familiares como junto a compañeros de militancia pasada y actual. Las memorias anónimas del campesinado chaqueño fueron vertidas en grupos de vecinos y entre miembros de diversas organizaciones de la provincia, en contextos en donde participaban quienes había vivido directamente la experiencia liguista como quienes conocen el pasado mediante la transmisión oral de “los más viejos”. Así, los testimonios analizados se construyen en el marco de los debates, acuerdos y desacuerdos, silencios y no dichos; son influenciados tanto por la relación establecida con la investigadora, como por la presencia del grupo de pares (familia, vecinos, amigos, compañeros), con quienes interactúan cara a cara cotidianamente.