El Torus no es considerado como una patología, sino como una variación anatómica, y puede resultar un inconveniente al momento de confeccionar una prótesis. Esta entidad se caracteriza por tener un crecimiento circunscripto, bien definido y sin sintomatología. La etiología no es clara y se lo relaciona con factores de índole genético, medio ambientales, nutricionales e inflamatorios. De requerir tratamiento, el procedimiento quirúrgico es el indicado. Genéticamente el torus, se relaciona como herencia a un mismo gen autonómico dominante. Algunos autores proponen que la causa se explica por el modelo de umbral: el individuo debe estar genéticamente preparado para que los factores ambientales puedan dar lugar a la formación del torus.