La revuelta social chilena de octubre de 2019 fue una de las movilizaciones masivas de mayor repercusión e impacto en la política latinoamericana de los últimos años. En un marco de pronunciada crisis social, institucional y política, las manifestaciones se extendieron a todo el país, clamando por un cambio, y fueron ferozmente reprimidas por el gobierno derechista de Sebastián Piñera.
En el clima de efervescencia social, las calles se poblaron de un gran número de colectivos que generaron formas novedosas de protesta pública y manifestación política. Los grupos de otakus antifascistas cobraron notoriedad por sus creativas formas de manifestarse, reinterpretando, resignificando y reproduciendo nuevas visualidades generadas a partir de mangas y animaciones japonesas.
Este trabajo se centra en la figura del otaku devenido en sujeto político novedoso, inesperado, creativo y activo; protagonista del choque con las fuerzas estatales junto a la masa social en las movilizaciones y revueltas; destaca por su forma de generar nuevos matices de sentido, a partir de y sobre sus consumos visuales, a través de relecturas, apropiaciones, y operaciones que relocalizan y resignifican a estos productos de la industria cultural nipona, transformados ahora en valiosos insumos políticos.