La revista El ornitorrinco es el último de los tres ejemplares de la especie de “bichos literarios” dirigidos y publicados por el escritor Abelardo Castillo, desde 1959 hasta 1986. Estas revistas literarias representaron una forma de agrupamiento de los escritores e intelectuales que las impulsaron y funcionaron como grupos con fisonomías estético-políticas definidas que cumplieron un rol destacado en la intelectualidad y la cultura de sus épocas. El núcleo duro de la especie en la que se filia El ornitorrinco, estaba integrado además de Castillo por la escritora Liliana Heker, y se identificó desde sus orígenes con la noción de escritor comprometido a la Sartre (Gallone, 1999; Calabrese, 2006). Esta denominación aludía a la pertenencia profesional de los escritores y se refería a ellos en tanto grupo de sujetos especializados en el manejo de la palabra escrita. La identificación con la noción de “compromiso” permitía a los escritores una participación política que se fundaba más allá de su escritura literaria, y que a su vez definía a esta escritura como un trabajo siempre, y de suyo, político (Gilman, 2003). La revista literaria fue el vehículo principal de esa intervención política.
La presente ponencia analiza de manera sucinta, las rupturas y continuidades producidas en la sociabilidad de estos escritores, producidas al calor del punto de inflexión que representaron los años del terrorismo de Estado en el terreno de la cultura y la vida literaria con respecto a la etapa anterior, en la que se habían gestado y desarrollado los especímenes que conforman la tradición en la que se filia El ornitorrinco. En este proceso de transformaciones se articularon una serie de prácticas y ámbitos de sociabilidad que procuraron preservarse de la represión y la censura, pero que no obstante mantuvieron cierta visibilidad a partir de las actividades que desarrollaron.