Las estrategias de demanda de justicia que tanto Madres de Plaza 25 de Mayo como HIJOS Rosario han desarrollado se encuentran estrechamente relacionadas al contexto político en que nacieron. Varios de quienes hoy integran Madres en Rosario iniciaron su trayectoria en Familiares, originada en 1977. En plena dictadura, la realización de misas, pequeñas marchas, solicitadas, reuniones y toma de testimonios resultaban ser las herramientas posibles para demandar justicia por lo acontecido en un momento fuertemente represivo. Hacia 1985, cuando se formaliza el nacimiento de Madres de Plaza de Mayo Rosario (que luego adquiriría su actual denominación en 1995) el espacio público es nuevamente ocupado a través de las rondas de los jueves en la Plaza 25 de Mayo, modo de reclamo en un lugar no insti1221 tucionalmente delimitado para ello. A mediados de los 90’s surge HIJOS como red nacional, organizada en regionales en diversas ciudades del país, entre ellas Rosario. Vigentes las conocidas como “leyes de impunidad”, el escrache resultó ser la estrategia por excelencia de la joven agrupación que, al igual que las rondas, ocupaba el espacio público reclamando justicia, pero irrumpiendo de modo violento en comparación con éstas. A partir de la declaración de inconstitucionalidad de dichas leyes, promediando la primera década del 2000, se produce la reapertura de las causas judiciales -que habían visto la luz a modo de reconstrucción histórica en los Juicios por la verdad- habilitando la posibilidad de condenas penales. El ámbito jurídico se presenta como un nuevo espacio donde desarrollar estrategias para ambos organismos de DDHH rosarinos, un espacio legitimado por el Estado para la demanda de justicia. Los aguantes, la participación como testigos o querellantes y la representación legal de éstos implican una redefinición de sus experiencias políticas, nacidas en las calles, reorganizando las relaciones no sólo con el Estado y con otras agrupaciones sino también al interior de los organismos que trabajamos. Mientras que Madres mantiene simultáneamente como estrategias de demanda de justicia las rondas, los aguantes y la participación en los juicios, la adaptación de HIJOS a las reglas de juego judiciales ha dejado a un lado los escraches como práctica política por excelencia, en un movimiento que produce la preeminencia del discurso jurídico por sobre el político en la agrupación.