Habiéndose cumplido ya un año de la invasión rusa a Ucrania, nos interesa demostrar como el Neorrealismo nos puede explicar lo acontecido. El tan predicado “Fin de la Historia” después del final de la Guerra Fría, junto a la ausencia de conflictos-al menos en aquellas regiones que habían superado la misma, según Fukuyama-parecían indicar que una teoría que explicaba que la búsqueda de seguridad y poder en un mundo anárquico era lo que dirigía la conducta de los Estados estaba fuera de lugar de cara al siglo XXI. En vista de lo analizado aquí, junto con otros conflictos que han marcado las últimas dos décadas, el diagnóstico parece haber sido apresurado.
En segundo lugar, trataremos de ver cómo puede insertarse este conflicto dentro de la disputa entre un cuestionado hegemón como los Estados Unidos frente a un aspirante a hegemón regional, como la Federación Rusa bajo Vladimir Putin.