En este capítulo nos interesa mostrar la importancia que la categoría de experiencia ha tenido en los desarrollos teóricos de los feminismos.
La clave de lectura propuesta en este capítulo tiene que ver con la pregunta por el lugar del significado en la construcción de la experiencia, atendiendo a los desarrollos de algunas teóricas feministas que escribieron desde Estados Unidos y Europa a partir de los años ochenta. En este sentido, se analizarán dos propuestas: por un lado, quienes consideran a la experiencia un evento significativo (a partir de los aportes de Joan Scott y Teresa de Lauretis) y, por otro, quienes afirman el exceso de la experiencia con respecto al significado y la importancia de atender otros niveles no reductibles a ese plano (desde los desarrollos de Linda Alcoff). Además de repasar los principales aportes y limitaciones de dichos enfoques, se expondrá una posible forma de desarmar la categoría en un trabajo de campo.
El desarrollo del capítulo estará organizado de la siguiente forma: primero revisaremos los aportes de Joan Scott a la categoría de experiencia, haciendo énfasis en la crítica que le hace a dos definiciones clásicas del término: las de Raymond Williams y Edward Thompson. Estas críticas le permiten a Scott ubicar la pregunta por la experiencia en un lenguaje postestructuralista y recuperar a la segunda autora trabajada: Teresa de Lauretis. En tercer lugar, analizaremos los desarrollos de Linda Alcoff como una posible crítica al planteo del problema de la experiencia únicamente en un terreno lingüístico. Finalmente, a partir de la reposición de un trabajo de campo buscaremos compartir una forma posible de hacer uso de la categoría en una investigación situada.