Para comprender la estructura contemporánea del pensamiento chino debemos partir desde un abordaje articulado entre el pensamiento clásico y el pensamiento contemporáneo. Pero no alcanza solamente con reconocer que China está configurada desde una cultura de carácter híbrido, sino que debemos abordarla desde sus especificidades y de las exigencias e interpelaciones políticas actuales. Pero la comprensión de la estructura de pensamiento desde un carácter híbrido nos permite en primer lugar salirnos de los abordajes binarios entre tradicional y moderno que muchas veces impone Occidente, para poder empezar a pensar desde sus tramas y relaciones. La emergencia de conceptos tradicionales (Confucianismo y Tianxia) y contemporáneos (Sueño Chino y Comunidad de Destino Compartido) en los tiempos que corren invitan a reflexionar en el marco de políticas (internas y externas) y, acciones que China está desplegando. El gigante asiático es una Nación que se piensa localmente para actuar globalmente.