“Las condiciones de la vivienda han sido reconocidas desde hace tiempo como una de las principales determinantes sociales de la salud humana”. (WHO, 2005) La falta de higiene, las malas condiciones sanitarias; la falta de diseños urbanos, como el de la vivienda misma, son inadecuados; el riesgo a los vectores; la mala utilización y la precariedad de materiales para la construcción; el ruido, la humedad, el monóxido de carbono, las partículas y compuestos volátiles orgánicos; el hacinamiento y la falta de ventilación; son algunos de los peligros a la salud a los que se está expuesto en la vivienda. (Foster H.D. 1992; Ineichen B. 1993; Krieger J. Higgins D. L. 2002). De esta manera se genera en los habitantes un estado de permanente vulnerabilidad sanitaria y graves riesgos para la salud psicofísica de los mismos. Es menester “la construcción colectiva del hábitat social” con el fin de promover y proteger la salud de la población de los peligros a los que se está expuesta, por las precarias condiciones de la vivienda que habita, facilitando procesos para que las personas puedan mejorar su calidad de vida.