Con este estudio cumplo el deseo insinuado por el erudito doctor Antenor Alvarez, en su notable trabajo dedicado al Campo del Cielo como región privilegiada de nuestro territorio en cuanto a riqueza en meteoritos, y, al mismo tiempo, puedo confirmar sin duda alguna la presunción que en sus páginas enunciaba al considerar a «El Mocoví» como hermano de «El Toba» y de los numerosos fragmentos analizados por mí con o sin nombres particulares de acuerdo con el lugar de su hallazgo, dentro del grupo me teórico cuyo principal representante sería el ya famoso «Mesón de Hierro» o «Hierro de Otumpa», en cuya búsqueda se han malogrado tantos esfuerzos.