A veces, el lenguaje de la estadística nos puede hacer pensar que el muestreo es una receta de cocina. Un procedimiento automático, una serie de pasos estancos que poco tiene que ver con la singularidad de las investigaciones en Psicología. En este escrito aprenderemos, también, que en el muestreo no hay nada de automático. La elección de cada elemento se basa en una decisión consciente; cada decisión consciente, en una búsqueda epistémica particular, un paradigma. También aprenderemos que muchos de los procedimientos muestrales se desarrollaron en el ámbito de la investigación cualitativa. El motivo de este escrito es presentarlos y estimular a los lectores a que reflexionen sobre la necesidad de elegir el más apto para cada una de sus investigaciones.
Toda investigación, ya sea bibliográfica o de campo, siempre implica una búsqueda. Research, en inglés, o recherché, en francés: “volver a buscar”. ¿Pero dónde? En este punto, toda investigación precisa de un muestreo. Necesitamos unas determinadas unidades de observación para investigar las variables que nos interesan. Sujetos, grupos de sujetos, instituciones, artículos. El investigador siempre estudia variables, pero variables encarnadas en objetos concretos.
La elección inteligente de esos objetos concretos constituye el corazón de todo muestreo.
El éxito, la validez y la credibilidad de la investigación dependerán del rigor de esa elección.