En más de una ocasión me he sentido frustrado al trabajar con mis alumnos de SB con la modalidad de taller de escritura, específicamente en lo que hace a la escritura de cuentos. Esto es así porque varias veces les daba una consigna y lo que redactaban no podía denominarse cuento con todas las letras; era, más bien, un argumento, lo que podía tomarse como el resumen de un relato. El problema subsiguiente era que, más allá de reconocer esa problemática, no sabía cómo solucionarla del todo. En este artículo muestro cómo se me ocurrieron ciertas ideas que implementé para comenzar a darle alguna solución.
La primera parte de este trabajo, entonces, está dedicada a relatar una experiencia que llevé a cabo en una escuela de Florencio Varela en la que trabajo desde hace cuatro años. La segunda es el desarrollo de una serie de reflexiones que se desprenden de lo anterior. Allí doy mis puntos de vista acerca de los elementos que entran en juego a la hora de realizar la escritura de cuentos con los alumnos de secundaria: la consigna, el lugar del saber disciplinar y su relación con el saber didáctico, entre otros. Finalmente, hablo de la necesidad de construir una Gramática de la fantasía tal como quería Gianni Rodari.