La profesión de abogado necesita ser adecuada a las necesidades del siglo XXI. Necesidades que son cambiantes en acuerdo a las problemáticas sociales, que fluctúan rápidamente.
La formación que deben llevar a cabo los alumnos debe ser flexible y adecuada a las demandas sociales. He aquí entonces que los aprendizajes deben adecuarse a los contextos y las herramientas que se utilicen deben encontrarse en sintonía a los elementos cotidianos.
El aprendizaje ubicuo se asocia al aprendizaje formal, informal, experimental y situado. Se desarrollan las capacidades de comprensión sociológica y cultural de diversos ambientes. Todos pasamos a ser usuarios, alumnos y profesores.
El aprendizaje ubicuo colabora en el desarrollo de competencias, habilidades y destrezas, esenciales para subsistir y reciclarse en el mundo profesional.
Sobre estas cuestiones y reflexiones versará esta ponencia.