La propuesta de incorporar una secretaría de Derechos Humanos en el ámbito de una escuela secundaria responde a múltiples factores: por un lado, el posicionamiento claro que tiene la UNLP al respecto, que en su Estatuto establece que se “compromete a educar en todas sus Unidades Académicas para (…) la vigencia plena de los derechos humanos”, y lo lleva a cabo institucionalizando y jerarquizando las áreas y políticas que van en este sentido.
Por otro, por la historia institucional del Bachillerato, que se encuentra atravesada por las violaciones a los derechos humanos perpetradas por la última dictadura cívico-militar: en aquellos años oscuros la escuela fue intervenida, muchos/as estudiantes debieron abandonar sus estudios para evitar ser perseguidos/as, mientras que otros/as fueron detenidos y continúan desaparecidos hasta el presente. Finalmente, por una serie de demandas internas que se venían dando en la comunidad del Bachillerato, principalmente en torno a cuestiones de memoria y género, y que se consideró necesario atender.
Desde su creación en junio de 2018 la Secretaría fue afianzando su accionar a partir de lo planificado, y ampliando sus implicancias. Cada una de sus líneas de trabajo se fue cargando de sentido, generando su propia agenda y estableciéndose como una referencia al interior de la escuela.