La característica que hace a una organización inteligente es la capacidad de poder “Medir” sus procesos. Una organización inteligente es aquella flexible, de alta conectividad interna y externa, capaz de medir rápidamente posibilidades, de adaptarse a un entorno dinámico y desarrollar iniciativas frente a los nuevos estímulos que proceden de los escenarios cambiantes de la realidad sosteniendo la direccionalidad estratégica. El análisis cualitativo de los procesos es útil para obtener información sistemática sobre el procesos a través de un abanico de principios, técnicas y herramientas para identificar y documentar problemas en un proceso desde múltiples perspectivas y analizar profundamente las causas de estos problemas. Sin embargo para proporcionar una base sólida para la toma de decisiones es necesario analizar cuantitativamente los procesos de negocio, en términos de medidas de rendimiento del proceso, como el tiempo de ciclo, los tiempos de espera, costo entre otras, haciendo foco especialmente en el análisis de flujo y simulación. Las medidas de rendimiento vinculado con los factores críticos de éxito (FCE) nos proporcionan una visión clara y sólida para la toma de decisiones conforme a las estrategias de negocios, indicando el camino hacia el que deben enfocar los esfuerzos individuales y colectivos de una organización. El objetivo de este trabajo es identificar la necesidad insoslayable de vincular la determinación de las medidas de rendimiento con los Factores Críticos de Éxito con el fin de mejorar significativamente la toma de decisiones para tal propósito se muestra el trabajo de campo en el ámbito de la gestión estatal provincia realizado en el marco de la Tesis de Maestría de Ingeniería de Software.