Con la expresión una mirada epistemosexual Beatriz Preciado (2008) alude a una vigilancia epistemológica sobre la categorización sexual que, desde la constitución de la modernidad, se “naturaliza” con diferentes estrategias. Las mismas involucran a las disciplinas científicas y hasta allí la perspectiva es consonante con la foucaultiana (Foucault, 1998). Pero, a partir de la postguerra, se introducen innovaciones en la producción de “normalidad”. Este nuevo régimen de subjetivación toma en consideración el impacto de las nuevas tecnologías del cuerpo en la construcción de la subjetividad. Surgiría entonces un nuevo dispositivo cuya eficacia estará en la programación de género, logrando la coherencia entre un individuo, un sexo, un género y una sexualidad. Este dispositivo implica tanto una vigilancia medicojurídica como una espectacularización mediática, exacerbada a través de técnicas informáticas y digitales de visión y difusión de la información, que comienzan su expansión a mediados del siglo XX. Tal dispositivo de género, no sustituiría a los analizados por Foucault (alianza y sexualidad) sino que se superpondría a ellos, agregando nuevas producciones.