En el presente trabajo pretendo discutir la opinión extendida entre numerosos investigadores contemporáneos sobre la filosofía aristotélica que considera, en líneas generales, que existe una fuerte ruptura entre lo que podríamos llamar la epistemología que sobre la ciencia Aristóteles elaboró en los Segundos Analíticos, por un lado, y la labor científica desplegada por el estagirita en sus obras de biología, zoología, meteorología, astronomía, física, etc., por otro. Esta contradicción pondría en evidencia que la metodología realmente utilizada por Aristóteles no sería la de los Analíticos sino que se encontraría mejor descrita en los Tópicos, y la podríamos llamar lisa y llanamente dialéctica. En este sentido entonces, el trabajo aristotélico sería preeminentemente dialéctico y perdería así valor, entre otras cosas, el aporte que la investigación empírica tiene. El autor que ha inaugurado esta línea interpretativa es G. E. L. Owen en su célebre artículo “Tithénai tà phainómena” presentado por primera vez en 1961 en el Tercer Simposio sobre Aristóteles. Entre los investigadores contemporáneos más destacados que continúan con esta línea interpretativa cabe mencionar a M. Nussbaum (1986) y T. Irwin (1988) quienes han incorporado en sendas obras, y con matices propios, la perspectiva de Owen.