In Spanish
En los últimos años, nuestras músicas y danzas populares se vieron interpeladas respecto de su prescripción a ciertos roles danzarios correspondientes con identidades de sexo y género, que comenzaron a resultar “estrechas” frente a las lógicas (queer) habilitadas por el feminismo contemporáneo y la decantación de los axiomas modernos. De manera particular, en este proceso, las músicas “folklóricas” que son producto de las modernidades latinoamericanas, y que por lo tanto arrastran con los valores que emanan de la heteronormatividad y la moralidad cristiana, parecieran mantenerse reticentes a estas “innovaciones”.
En tanto pilares constitutivos de la imaginería gauchesca y criollista, estas formaciones nacionales encarnadas en el “folklore” argentino, auguran la (im)posibilidad queer de este complejo performático-genérico cuando dejan en los márgenes de la performance (o directamente excluidas de la misma) a las nuevas inscripciones sexo-genéricas y/o prácticas que apuntan a deshacer el género. (Re)inscriptas en la danza por medio de la subversión coreográfica, estas nuevas inscripciones queer parecieran atentar contra el núcleo duro de la música “nacional”, ya sea destituyendo modelos de femineidad y masculinidad socialmente aceptados (y otrora en correspondencia con “dios y la patria”), para acompañar nuevos procesos de subjetivación política y creación colectiva post-bicentenarios.
Partiendo de observaciones participantes, entrevistas, y también del material mediático que es producido por mujeres músicas dedicadas al “folklore” y la participación radical como músico, es que en el presente trabajo me sirvo entonces del bagaje desarrollado por la antropología del cuerpo y la performance para analizar estos nuevos bordes del sexo y el género que en otros circuitos de la música se ven habilitados, y que para el circuito “tradicional” de festivales de “folklore argentino” resultan improbables en tanto éste se yergue en dichos espacios como emblema principal del mito fundacional “gauchesco” que ha sido propio de la nación moderna.
In English
In recent years, our popular music and dances have been challenged with respect to their prescription of certain dance roles corresponding to sex and gender identities that began to become "narrow" in the face of the (queer) logics enabled by contemporary feminism and the decanting of modern axioms. Particularly, in this process, the "folk" musics that are the product of Latin American modernities, and therefore carry with them the values emanating from heteronormativity and Christian morality, seem to remain reticent to these "innovations".
As constitutive pillars of gaucho and criollo imagery, these national formations embodied in Argentine "folklore", augur the queer (im)possibility of this performative-gender complex when they leave on the margins of performance (or directly excluded from it) the new sex-gender inscriptions and/or practices that aim at undoing gender. (Re)inscribed in dance through choreographic subversion, these new queer inscriptions seem to attack the hard core of "national" music, either by dismissing socially accepted models of femininity and masculinity (once in correspondence with "god and country"), or by accompanying new processes of political subjectivation and post-bicentennial collective creation.
Based on participant observations, interviews, and also on media material produced by women musicians dedicated to "folklore" and radical participation as musicians, is that in the present work I make use of the baggage developed by the anthropology of the body and performance to analyze these new borders of sex and gender that in other circuits of music are enabled and that for the "traditional" circuit of festivals of "Argentine folklore" are improbable as it stands in these spaces as the main emblem of the "gaucho" foundational myth that has been typical of the modern nation.