El presente trabajo analiza al narrador de Ladrones de tinta de Alfonso Mateo Sagasta (2004). La hipótesis de lectura consiste en que la novela se estructura mediante dos estrategias narrativas: en primer lugar, la fórmula de despersonlización cuando el autor, devenido en personaje autoficcional, dice haber encontrado unos manuscritos de Isidoro Montemayor. En segundo lugar, el autor de los manuscritos se constituye en segundo narrador, el cual atraviesa de forma transversal la novela, y une en sí mismo estrategias procedentes de diferentes ámbitos entre los que se destacan la novela policial y la novela epistolar. Esta hipótesis lleva a formular la pregunta fundamental que emerge de la figura central del narrador: ¿cuál es la mirada que Isidoro Montemayor construye sobre España entorno a su papel de cronista? Según se desprende de lo arriba expuesto, la novela es de una complejidad que excede los límites de este trabajo, motivo por el cual se aborda únicamente el análisis del narrador en lo que en el presente trabajo se denomina "configuración híbrida".