El epígrafe, los prefacios, las dedicatorias y los títulos de las obras literarias, llamados paratextos por el teórico Gérard Genette, suelen ser elementos considerados accesorios o incidentales en la propuesta de una ruta de comprensión del texto literario. Las escrituras al margen, en su mayoría, no abonan directamente en la emergencia de significación del texto, ya que en ellas, por lo general, se señalan indicadores de lectura para una posible interpretación. En Morirás lejos, del escritor mexicano José Emilio Pacheco (1939), puede establecerse una ruta de comprensión desde los márgenes de la misma. Su título y el epígrafe provienen de un texto escrito por Séneca y Glosado por Francisco de Quevedo: De los remedios de cualquier fortuna. Una lectura desde los umbrales de la novela posibilita poner en diálogo la idea que acerca de la muerte comparten De los remedios de cualquier fortuna y Morirás lejos, y esta noción tiene que ver con concebir a aquélla como un proceso no terminado o como una agonía que intenta encaminarse hacia un fin. Dicho proceso agónico, tanto en De los remedios... como en Morirás lejos, se puede observar como una metáfora de la escritura de los propios textos; es decir, morir se convierte en un parangón de escribir.