Entre la multitud de ficciones que se apropian u ocupan en los últimos años de la memoria del más traumático pasado reciente en España, hay una escena retomada más de una vez y de diversas formas: la del lector harto de la recurrencia del tema de la memoria. Entre las diversas respuestas que este hartazgo ha encontrado en la crítica, la historiografía y la ficción, la de Isaac Rosa sobresale no sólo por lo logrado de sus novelas, sino también porque la proliferación paródica de voces y estratos de sentido que las caracteriza evita las soluciones simples y polarizantes. La respuesta a los abusos de la memoria - y a los peligros que conllevan - propicia así no el abandono de la cuestión, sino una vuelta de tuerca desde la especificidad de la escritura literaria, que ante la posibilidad de banalización, neutralización u olvido, despliega estrategias que pueden traducirse en modos de intervención en el campo literario así como, desde su (relativa) especificidad, en el terreno de los debates en torno a lo más traumático del pasado reciente español.