Todos los 1° de enero, a primeras horas, se realizan en la ciudad de La Plata múltiples celebraciones en torno a las quemas de los momos. Se registran documentos de esta tradición desde la década del ´50. Los primeros testimonios indican que la construcción y quema del primer muñeco fue en las calles 10 y 40 en homenaje a los jugadores de fútbol del Club Defensores de Cambaceres, quienes se habían consagrado campeones de la Liga Amateur platense. Hoy en día se registra la construcción de alrededor de 100 muñecos en promedio por año. Cada año, a finales de noviembre y durante el mes de diciembre comienzan a visualizarse las estructuras en proceso de los grupos de cada barrio. La participación es totalmente abierta y espontánea. La persona que quiere saca su muñeco a la vereda y lo quema. Hay una serie de requisitos de seguridad en cuanto al tamaño o ubicación que deben respetarse, pero a rasgos generales es una tradición que brinda muchas libertades a la hora de producir y exponer.
En esta oportunidad analizaremos el rol del artista dentro de esta práctica y sus posibilidades de interacción con un público cada vez más involucrado. Pero cuando entramos en los territorios del espacio público y la relación con la comunidad se hace necesario hacer un análisis transversal que asociado al rol de Artista urbano y la relación con los aparatos de estado.