El recubrimiento de un vehículo lanzador desempeña múltiples funciones, pero dos de ellas destacan en particular: la protección contra la corrosión de los materiales que conforman la estructura del vehículo, y el control térmico durante el tiempo de rampa en el PAD de lanzamiento.
Con el objetivo de seleccionar el recubrimiento más adecuado, se lleva a cabo una campaña de ensayos.
En esta etapa, se busca asegurar la compatibilidad con los diversos sustratos, evaluar la adhesividad, medir la resistencia a la corrosión mediante pruebas de niebla salina, analizar la compatibilidad química con líquidos que pueden interactuar (como el oxígeno líquido y el RP1) y comprobar la resistencia a las temperaturas de exposición mediante ciclos térmicos.
Posteriormente, se procede a implementar procedimientos e instalaciones lo más simples y económicos posibles para llevar a cabo la aplicación del recubrimiento en los distintos módulos que componen el vehículo. Este enfoque se adopta con el objetivo de optimizar los recursos y garantizar la eficacia del proceso de recubrimiento.
De esta manera, se logra avanzar en la selección y aplicación del recubrimiento más idóneo para cumplir con los requisitos de protección contra la corrosión y control térmico en el vehículo lanzador.