Se podría afirmar que la novela Ladrones de tinta de Alfonso Mateo Sagasta se inmiscuye, con sus vericuetos e intrigas, en la España de los Austrias, la del Monarquismo y la Iglesia Sin embargo, resultaría más justo afirmar que se trata de una novela que se inmiscuye en el mundo cervantino, por resultar esta afirmación más abarcadora y fidedigna que la primera. El mundo de Cervantes no es sólo el de la hegemonía del Estado y la Iglesia, sino mucho más: el mundo del mercado del libro, el de las rivalidades entre escritores que ya tienen "oficio", el de la expansión de los corrales como forma de propagandismo pero sobre todo como lugar "para ver" y "dejarse ver", el del plagio y las continuaciones literarias...; en fin, el mundo de los mil arbitrios (de los literarios y de los otros). El presente trabajo no pretende analizar la "carnadura histórica" de la novela -lo que resultaría del todo legítimo- sino más bien, constituirse en un primer acercamiento al texto, para mostrar la coexistencia de numerosos rasgos reconocibles en los tiempos de producción cervantina, tales como los arriba enumerados. En todo caso, barajamos de forma provisional para el texto de Sagasta, la naturaleza de "novela de ambiente histórico", en la que el ambiente lo proporciona el Siglo de Oro Español, con sus luces y sombras, con sus heroicidades y mezquindades y sobre todo, con sus intrigas literarias.