Una manera válida de considerar la producción literaria del valenciano Manuel Vicent sea la de pensarla como un conjunto de zonas que no terminan nunca de definir sus límites y que, en consecuencia se desplazan, se invaden con frecuencia o ceden sus fronteras, aunque no en lucha sino en fecunda contaminación. Así, la crónica periodística, las memorias, la novela canónica, la no ficción, el cuento, el artículo, la anécdota, la noticia, la viñeta no son compartimentos estancos sino sólo puntos de partida para los desplazamientos y los cruces genéricos sostenidos. Estas imbricaciones productivas terminan transformándose en uno de los rasgos personales que como bien lo ha señalado la crítica, cohesionan y definen la producción vicentiana.