Las historias escritas o filmadas creadas por Rafael Azcona están sembradas de una serie de innumerables dispositivos técnicos -artesanales o industriales- de extraña factura que adquieren relevancia propia debido a su función en la creación de los ambientes o en la composición de los personajes. Su recurrencia y analogía, dentro de la variación, a lo largo de la fecunda producción del guionista riojano permite hablar de una poética de los objetos de la que a su vez, se desprende una reflexión aguda y desprejuiciada de las relaciones entre el arte, la técnica y la artesanía en el mundo ultratecnológico del último medio siglo.